Danza típica del estado difundida en varios municipios: Chichihualco, Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Zumpango y Mochitlán, todos de la región Centro. Se encuentra difundida también por los estados de Puebla y México, con variantes en el vestuario, música y ejecución.

 

Danza agrícola, propiciadora de los buenos cultivos y dedicada a Tepeyollotli, el jaguar, corazón de la montaña, dios de las cuevas de las tierras del sur. El tlacolol es la tierra de montaña baja donde se cultiva.  La danza tradicionalmente se utilizaba para invocar a las fuerzas sobrenaturales y solicitar que llueve para que los agricultores tuvieran buena cosecha.

Teatro y danza se conjugan para divertir a los asistentes sin dejar de tocar los sones. El pitero se acompaña de una flauta de carrizo y de un pequeño tamborcillo que golpea con un fino palo. Los sones son: la entrada, el chinantli, zapateado, el corral, el culeado, zonzo, cruzado, chinantli doble, cadena, apareado y despedida. Es todo un espectáculo lleno de tradición y mucha cultura guerrerense.

 

La danza inicia con la quema del tlacolol, donde bailan frenéticamente y se azotan unos con otros utilizando sus gruesos chicotes sin consideración. Es una lucha cuerpo a cuerpo, protegidos con sus costales de ixtle que les cubren todo el tronco, y la máscara grotesca y fuerte (de madera dura) para soportar los azotes con cadenas de fierro y cuero. Lucen chaparreras de cuero y un sombrero grande adornado con flores naturales o artificiales, según el lugar donde se realice la danza.

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Culmina con el “porrazo del tigre” (encuentro de dos “tigres” de la danza en doble partida). Estos personajes portan una máscara de tela del mismo traje para poder luchar cuerpo a cuerpo, bien sujeta al cuello.

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